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El regreso de los universitarios

El regreso de los universitarios

Por: Esther M. Burgos Ostolaza
Coordinadora de Asuntos Estudiantiles y del Programa de Relaciones Públicas y Publicidad
Escuela de Comunicación
Universidad de Puerto Rico – Recinto de Río Piedras
esther.burgos@upr.edu

Resumen

Este artículo presenta cómo la Universidad de Puerto Rico, en específico el Recinto de Río Piedras, afrontó su situación académica, laboral y de recursos tras el paso del huracán María. ¿Qué hizo la universidad para recibir nuevamente a su comunidad y cómo enfrentó el desastre con estrategias coordinadas para retomar el año académico 2017-2018 que apenas comenzaba antes del huracán?

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Trasfondo

Conocido es que la Universidad confrontaba para septiembre de 2017 una situación difícil no solo por las limitaciones económicas que compartía con el país, sino también por haber experimentado en fechas recientes una huelga desgastante. A tan solo dos días de haber comenzado las clases pasó el huracán Irma que mantuvo cerrado el Recinto por una semana.  Sin apenas recuperación, el 20 de septiembre de 2017 pasó el huracán María que mantuvo cerrado el Recinto por más de un mes y medio, que propinó una gran devastación natural y estructural.  A estos efectos es sumó el desconocimiento de cuál era la situación de la comunidad de estudiantes, docentes y empleados. No fue fácil la comunicación dadas las limitaciones en los servicios esenciales de electricidad, redes de telecomunicación y acceso. Frente a esta situación la administración universitaria diseñó un plan de acción para acopiar información y poder determinar cuándo se podría retomar el semestre.

Esta investigación hizo una recopilación de datos sobre las actividades y esfuerzos diseñados y analizó el plan de acción trabajado por la administración de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en especial el plan correspondiente al Recinto de Río Piedras. Presenta cómo el Recinto tomó las acciones necesarias para reiniciar servicios y lograr que el estudiantado no se viese afectado académicamente. También para cumplir con las regulaciones federales y de acreditación necesarias.

Antes del huracán María, considerado como el décimo huracán más poderoso en el atlántico,[1] Puerto Rico presentaba graves problemas y el sistema universitario de la UPR no era la excepción. Entre estos problemas estaba el problema fiscal, la falta de mantenimiento de la infraestructura y las dificultades de comenzar un nuevo año académico después de salir de un periodo de 72 días (28 de marzo al 8 de junio de 2017) de huelga. Había mucho cansancio institucional porque no hubo receso ni verano, habían presiones de las acreditadoras y de agencias federales y de la Junta de Supervisión Federal que exigía cortes a la inversión universitaria. En pocos días el cuadro se complicó:  la transición post huelga fue rebasada por una transición post huracán.

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Los estragos del huracán María en el Recinto

En un escenario de daños cuantiosos en el campus y un país afectado en lo más profundo, es importante señalar que los esfuerzos para retomar el semestre después del huracán María no fueron improvisados. Ante la necesidad de definir cuánto tiempo se necesitaba para acondicionar el Recinto primero tenía que haber una evaluación de cómo estaba la infraestructura, cómo estaba la comunidad universitaria y sobre todo, reconocer que había incertidumbre de cuándo los servicios esenciales se restablecerían.

Además de un Recinto devastado en su estructura física, la administración tuvo que manejar la falta de servicios esenciales de energía y agua, estudiantes sin hospedaje, estudiantes extranjeros sin familia en Puerto Rico o sin mayores opciones que regresar a su país de origen. En  lo académico, tenía que saber que había pasado con los estudiantes, más allá de si estaban dispuestos a regresar, era importante conocer qué necesitaban para regresar y en qué condición iban a regresar, los que así decidieran hacerlo.

Reconocer cuáles eran esas necesidades, preocupaciones o limitaciones de los estudiantes y cómo sería su vida universitaria después de María preocupaba y ocupaba a la administración ya que el retomar sus estudios tenía que venir después de un proceso de normalización en sus vidas. La gran pregunta era si su vida en general dependía de su vida universitaria. Como sabemos, la mayoría de los estudiantes dependen de sus estudios para recibir ayuda económica y por otro lado, existía la posibilidad de no continuar sus estudios, irse a estudiar a otra institución o emigrar a los Estados Unidos.

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La gran pregunta: ¿Cómo y cuándo retomar el semestre?

El huracán María es la mayor catástrofe sufrida en Puerto Rico desde 1932. Dejó a Puerto Rico con casi un 100% del país sin luz, 60% sin agua, 78 municipios incomunicados, el 93% de las torres de telecomunicación caídas, solamente una estación de radio transmitiendo en vivo, vuelos aéreos restringidos y un toque de queda de 6:00 a.m. a 6:00 p.m. que comenzó desde el mismo 20 de septiembre hasta el 18 de octubre de 2017, entre otras limitaciones.

La fecha definida como fecha para reintegrarse a las labores tanto académicas como administrativas fue el 30 de octubre de 2017, pero antes de esta fecha se dieron situaciones importantes que condicionaron las decisiones que se tomaban en relación con los estudiantes, docentes y administrativos.  Ya en ese momento otras instituciones universitarias del país habían reanudado sus clases; por otro lado se anunciaban ofertas de otras instituciones universitarias de Puerto Rico así como de Estados Unidos para que los estudiantes de la UPR se transfirieran a las mismas.  Se había puesto en vigor el Hurricane Assiatance Program o Inter-Universities Relief Assitance Program. Este es un programa que ya el Gobierno Federal había activado tras el paso de los huracanes Katrina y Harvey en los Estados Unidos.

Académicamente, el programa presentó desafíos para el sistema universitario sobre todo por la falta de información y la confusión en los procesos de implantación. También fue importante evaluar qué implicaciones el programa tendría para el estudiantado en lo relacionado a la validez de sus estudios en la institución receptora. Es importante señalar que al día de hoy no se ha trabajado un protocolo de admisión o de permiso especial, ni se ha definido cómo se trabajaran las convalidaciones de los cursos tomados por el estudiante. Al programa se unieron varias universidades de los Estados Unidos como fueron la Universidad de Brown, Florida International University, Universidad de Florida Central entre otras, que facilitaron recursos y subsidios para los estudiantes como fueron: asistencia económica, servicios de apoyo psicológico, programas de vivienda y alimentos, entre otros. A estos esfuerzos se sumó la fundación Kinesis de Puerto Rico  brindando apoyo a los estudiantes que querían participar de estos beneficios, divulgando la información relacionada a costos de matrículas más bajas, prorrogas en los préstamos estudiantiles y reembolso de los costos de exámenes de College Board, entre otros apoyos.

En el Recinto de Río Piedras estos traslados fueron coordinados por el Programa de Estudiantes de Honor. Cabe destacar que una de las primeras universidades en abrir sus puertas a estudiantes del Recinto fue la Universidad de Brown que recibió 60 solicitudes de estudiantes del Sistema UPR y de estos 20 estudiantes fueron aceptados y comenzaron sus estudios el 23 de octubre . Otro de los esfuerzos relacionados a estudiantes fue la designación de un representante del presidente de la UPR al Interuniversities Relief Assistance Program con el propósito de colaborar con las instituciones de educación superior participantes y establecer una comunicación académica más fuerte para asegurar el éxito del programa. Como ya se mencionó este programa ayudaba en la movilidad de estudiantes y profesores entre universidades participantes.

El 21 de septiembre de 2017 el sistema de la UPR comenzó a evaluar los daños estructurales. Desde el 29 de septiembre al 6 de octubre se coordinó un esfuerzo con voluntarios para el recogido de escombros y la toma de inventario de los daños. Se registraron más de 2,000 voluntarios en el Recinto.  El 12 de octubre de 2017 se estimaron los daños en $25, 696,000.00 y se contemplaba que esta cantidad seguiría aumentando.

En respuesta a la solicitud de la Middle States, agencia que acredita a la UPR,  se confeccionó un nuevo calendario académico, donde se reorganizaron los horarios de clases y sobre todo se identificaron diferentes alternativas para ubicar los cursos nocturnos dada la falta de electricidad y alumbrado en el Recinto.

Un reto mayor fue la condición de las residencias universitarias que no estaban listas o disponibles para acoger a los universitarios que dependían del sistema de residencias del Recinto. Por ello se procedió a la movilización y búsqueda de vivienda para alrededor de 400 estudiantes. Para la administración universitaria lo más importante era manejar los asuntos de  infraestructura, los servicios esenciales para los estudiantes y la comunidad universitaria, los requerimientos de la Middle States y el éxodo de estudiantes.

El 6 de octubre de 2017 a través de carta circular al estudiantado, el Rector informó sobre los servicios de apoyo que estaban disponibles: apoyo psicológico, consejería profesional, consejería académica y orientación relacionada a las ayudas económicas gubernamentales.  A la misma vez, se llevó a cabo una encuesta estudiantil presencial y vía correo electrónico buscando conocer la realidad que vivía el estudiante. Las preguntas bases fueron: ¿De reiniciar las actividades académicas, podría incorporarse, sí o no y cuándo?  Los resultados generales de la encuesta se desglosan como sigue:

  • De una población matriculada de más de 15,000 estudiantes al comienzo del semestre (antes del huracán María) solamente 3,889 estudiantes respondieron a la encuesta.
  • 75% de estos 3,889 estudiantes estaban dispuestos a regresar y retomar su semestre inmediatamente.
  • La razón o mayor obstáculo para regresar era la transportación.
  • Entre otros obstáculos estaban los problemas familiares, problemas económicos y la perdida de hospedaje en el Recinto.

El total de participantes en la encuesta vía correo electrónico fue de 1146 estudiantes.

  • Solamente 66 estudiantes no indicaron la facultad a la que pertenecían.
  • El 82% del estudiantado estaba dispuesto a regresar inmediatamente.
  • La participación mayor en la encuesta fue de estudiantes residentes del área metropolitana, aunque se reflejó participación de todos los pueblos.

Tabla 1. Estudiantes participantes por facultad o escuela

Facultad Estudiantes Participantes
Administración de Empresas 161
Arquitectura 127
Ciencias Naturales 241
Ciencias Sociales 198
Escuela de Comunicación 28
Educación 123
Estudios Generales 29
Humanidades 163
No indicaron 76

Tabla 2. Estudiantes dispuestos a regresar

Dispuestos a Regresar Estudiantes Participantes  
Si 943
No 174
No indicaron 29

Esta información fue usada como base para determinar cuáles serían los posibles problemas que el Recinto enfrentaría y y conformar un proceso de adaptación exitoso. También fue importante determinar qué probabilidad había de que los estudiantes abandonaran o no continuaran sus estudios en el Recinto.

Otro esfuerzo llevado a cabo fue una iniciativa de la Oficina de la Primera Dama del Gobierno de Puerto Rico, con el Centro de Apoyo a la Comunidad de Camino a la Recuperación (Emergency Stop and Go Center). Esta iniciativa contó con el apoyo de la Presidencia y del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR). En las instalaciones de la Escuela José Celso Barbosa aledaña al Recinto se proveyó ayuda inmediata de consejería, clínicas de salud, alimentos y otras ayudas sociales a la comunidad universitaria y a la comunidad general de entorno. “La Universidad unida en este esfuerzo para ayudar a las comunidades a través de este centro, como parte del trabajo que realiza el Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE) del Recinto, con el propósito de servir de enlace para ofrecer ayudas inmediatas que permitan a miembros de las comunidades aledañas y de la comunidad universitaria continuar superando las condiciones de vida que enfrentan”, explicó el rector interino del Recinto de Río Piedras de la UPR, Luis A. Ferrado Delgado.

Los servicios se ofrecieron desde el 10 de octubre de 2017, los siete días de la semana de 9:00 de la mañana a 2:30 p.m. Incluía servicio de alimentos calientes, ofrecidos por el programa de Comedores Escolares; apoyo en acceso a comunicaciones y para completar la solicitud de FEMA, orientación para la reconstrucción de hogares. Además se dispensó asesoría legal por parte de la Clínica de Asistencia Legal y el Centro Integral de Apoyo a Víctimas de la Escuela de Derecho; apoyo psicológico y consejería con profesionales y estudiantes de las áreas de Consejería, Psicología y Trabajo Social del Recinto, apoyo a adultos mayores; actividades para niños y jóvenes coordinadas por la Facultad de Educación, así como actividades culturales organizadas por el Decanato de Estudiantes, la Facultad de Humanidades y el Museo de la UPR, entre otros. El establecimiento del Centro fue posible también por la labor realizada por los empleados de la Oficina para la Conservación de Instalaciones Universitarias, y el apoyo de la Escuela de Arquitectura.

Al retomar el semestre, el 30 de octubre, se estimó que un 90% de los estudiantes se reincorporaron a sus estudios y tenían disponibles todos los servicios de orientación, además de que la Oficina del Registrador dio apoyo para el proceso de cambios y ajustes en matricula. También se circuló un comunicado de los procesos administrativos que informaba de la cancelación de matrícula y bajas totales para aquellos estudiantes que por algún motivo u otro no podían continuar su semestre en la UPR. Esto les permitía un rembolso del 100% del costo de la matrícula. El periodo de bajas con 100% de rembolso estuvo disponible hasta el 6 de noviembre de 2017 para aquellos estudiantes que así lo solicitaran. No fue posible evidenciar las razones para las bajas totales, pero en muchos casos se entendía que estos estudiantes decidían no continuar su semestre hasta normalizar su situación personal o por que habían decidido ir a otra institución.Para el 6 de noviembre de 2017, el total de bajas alcanzó 910 estudiantes. Es importante establecer que la administración reconoció que muchos estudiantes no hicieron una baja total oficial y que este número puede ser  mayor.

El Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR-RP) había iniciado el 4 de septiembre de 2017 el primer semestre del año académico 2017-2018 con una matrícula de 15,151 estudiantes. De este total de estudiantes 12,234 eran de nivel subgraduado y 2,917 graduados. Luego de los desafíos que ese primer semestre representó, el segundo semestre comenzó el 12 de marzo de 2018 con una matrícula de 13,193 estudiantes. De este total, 10,571 eran de nivel subgraduado y 2,622 de nivel graduado.

Al dar inicio las clases en el Recinto el 30 de octubre de 2017, persistían dificultades como la incertidumbre en matricula, en la condición de muchos de los edificios, la falta de electricidad, comunicaciones y transportación. Para el 7 de noviembre de 2017 la Universidad de Puerto Rico estimó los daños en $118 millones, aunque para la administración universitaria era importante la continuidad de sus labores y poder tener la universidad abierta. El 20 de noviembre esta cantidad se revisó, como cifra sometida a la aseguradora, a $41, 069, 669,00  Este reto era aun mayor pues presentaba a la UPR en una posición débil ante el país, lo que socavaba la confianza del estudiantado con la administración universitaria haciendo que muchos estudiantes se preocuparan por la pérdida del semestre o  tomaran la decisión de irse del sistema UPR.

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Un nuevo mapa del campus

Durante los primeros días después del huracán María los empleados de la Oficina para la Conservación de Instalaciones Universitarias (OCIU), de la Oficina de Protección Ambiental y Seguridad Ocupacional, de la Oficina de Planificación y Desarrollo Físico así como la División de Seguridad y Manejo de Riesgos trabajaron en labores de recuperación del Recinto para permitir la entrada paulatina de la comunidad. Se establecieron actividades para los diferentes grupos a través de convocatorias y cartas circulares.

El 27 de octubre a través de carta circular el Decanato de Administración presentó información relevante a los diversos servicios que estarían disponibles en un horario general de operación para el Recinto donde los portones abrían a las 5:00 a.m. y cerraban a las 6:00 p.m. En esta comunicación se informaba de un centro de información general en el Centro de Estudiantes, las áreas de estacionamientos disponibles, la disponibilidad del servicio de Trolley- desde las 6:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. Otros temas discutidos en la carta circular eran las recomendaciones generales de seguridad, información sobre los edificios cerrados o con acceso limitado, baños disponibles, Servicios Médicos, División de Tecnologías Académicas y Administrativas (DTAA) que estaba operando desde el edificio General César Cordero o Archivo Universitario (conocido como el castillo o antiguo DTAA), y las áreas de Zona de Acceso a Internet Inalámbrico (Hotspot) ubicado entre el edificio nuevo de Ciencias Naturales y el edificio General César Cordero. Este espacio estaba disponible para recargar celulares, mesas, sillas y conectores eléctricos, además del acceso al Internet.

También el Decanato de Administración, informó la reubicación de los servicios del Archivo Universitario, Finanzas, Contabilidad, Pre intervenciones, Recaudaciones, Asistencia Económica Fiscal, Cobros y Reclamaciones en el edificio General César Cordero o Antiguo Archivo Universitario. El Correo Universitario continuaba operaciones en el edificio de costumbre. La Oficina de Propiedad también seguía en su misma instalación. La Oficina de Recursos Humanos también estaba ubicada en el edificio General César Cordero y el Programa Ayuda al Empleado (PAE) estaba en la Sala de la Facultad.

Otro servicio informado fue la continuación del proceso de matrícula- pago que se llevaba a cabo de 8:15 a.m. hasta 1:30 p.m. en el edificio General César Cordero o Archivo Universitario y de un oasis para la compra de agua y snacks ubicado en el Centro de Estudiantes.

Otras unidades que estaban dando servicios eran la Oficina para la Protección Ambiental y Seguridad Ocupacional (OPASO) ubicado en el segundo piso del antiguo edificio de Compras y Suministros,  la División de Seguridad y Manejo de Riesgos (DSMR), Oficina para la Conservación de la Instalaciones Universitarias (OCIU) y Oficina de Planificación y Desarrollo Físico (OPDF) ubicados en los edificios donde operan normalmente. Para las unidades del Decanato de Estudios Graduados e Investigación (DEGI) se definieron los siguientes espacios, para recursos externos (Preaward y Postaward) ubicado en el Edificio de Ciencias Moleculares y que los documentos se continuaban recibiendo para trámite en el edificio del Antiguo Hogar Masónico. La Red Graduada, iINAS y admisiones graduadas estaban ubicados en una carpa frente al edificio General César Cordero o Archivo Universitario. El resto de los servicios estaban en el Hogar Masónico, estos servicios incluían el Programa de Experiencias Formativas (PEAF).

También se informó de otras unidades adscritas a Rectoría como: Oficina de Asesoría Jurídica ubicados en el edificio General César Cordero o Archivo Universitario, el Museo operaban en el lugar acostumbrado, el Senado Académico se ubicaba en el piso superior de su instalación, la División de Educación Continua y Estudios Profesionales (DECEP) se ubicó en mesas en el vestíbulo de la Torre Sur de Plaza Universitaria, Junta Administrativa en su oficina ubicada en la Torre de la Universidad, y la Junta de Disciplina compartía espacio con la Junta Administrativa, Presupuesto en su oficina regular de trabajo, ubicada en el segundo piso de la Torre, CAUCE permaneció en sus instalaciones y en la Escuela José Celso Barbosa proveyendo servicios a la comunidad, Oficina de Cumplimiento y Auditorías (OCA) en la Escuela José Celso Barbosa, Procurador Estudiantil también en la Escuela José Celso Barbosa y el Centro de Estudiantes. El Decanato de Asuntos Académicos se ubicó en el ROTC y las unidades del Decanato de Estudiantes: Departamento Atlético en el Complejo Deportivo, Organizaciones Estudiantiles en el Centro de Estudiantes, Departamento de Consejería (DCODE) se localizó en la Sala de la Facultad y los Oficiales de Asistencia Económica se destacaron en el Centro de Estudiantes. El Decanato Auxiliar de Relaciones Internacionales, el Programa de Vivienda y el Programa de Estudiantes Orientadores fueron ubicados en el Centro de Estudiantes. El Laboratorio de Infantes mantuvo su operación normal

El Decanato de Administración creo una página de internet dirigida a sugerencias o preguntas puntuales reinicioclases.iupi@upr.edu.

El espíritu universitario renace

El Decanato de Estudiantes del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, desarrolló el tema “UPR Abierta” para la bienvenida del 30 de octubre, donde los estudiantes recibieron artículos promocionales, meriendas, un mapa y un marca-libros informativo de los servicios del Recinto. En el Centro Universitario, el personal orientaba y contestaba preguntas sobre las reubicaciones temporales de las oficinas de servicios y salones de las clases o sesiones académicas.

En el Centro Universitario también se ubicaron los oficiales de la Oficina de Asistencia Económica, y personal del Programa de Vivienda, del Decanato Auxiliar de Relaciones Internacionales (DARI), de la Oficina de Asuntos para las Personas con Impedimentos, de Organizaciones Estudiantiles, del Programa de Estudiantes Orientadores, Servicios Médicos y Departamento de Consejería para el Desarrollo Estudiantil (DCODE). Además los estudiantes tenían un hotspot, que facilitaba la conexión a Internet.

El Departamento de Consejería para el Desarrollo Estudiantil (DCODE) trabajó diferentes actividades relacionadas al estudiantado desde las primeras semanas de octubre.   Una vez comenzado el semestre, trabajó iniciativas de apoyo y desde el 3 de noviembre llevaron a cabo conversatorios informales con el tema Cuéntamelo, donde los estudiantes compartían sus estrategias de sobrevivencia durante el huracán y para el año académico que se iniciaba.

Una semana más tardes, la unidad de eventos adscrita al Decanato de Estudiantes llevó a cabo una investigación informal con entrevistas cortas a estudiantes que visitaban el Centro de Estudiantes y confirmó que todavía había estudiantes que no contaban con los servicios necesarios como internet, acceso a computadoras, impresoras o un lugar de estudio como apoyo necesario a su vida universitaria.

Al día de hoy, se realizaron los actos de graduación, las sesiones de verano y se ha iniciado el primer semestre 2018-2019. Toda la comunidad está esperanzada en que no se trastoque más su dirección, pero no son las resacas del huracán María lo que más afecta el ánimo o preocupa, es la incertidumbre de los vaivenes socio económicos y políticos del país.

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Referencias

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[1] Según los datos del Centro Nacional de Huracanes en su informe trabajado por National Hurricane Center Tropical Cyclone Report Hurricane Maria (AL152017)16–30 September 2017. Trabajado por Richard J. Pasch, Andrew B. Penny, and Robbie Berg para el National Hurricane Center, 5 April 2018

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