A pico y espuelas el Congreso y los gallos boricuas
Originalmente publicada el 11 de marzo de 2018 en Diálogo UPR.
Trabajo realizado por Héctor Fabre y Valeria González en el marco del curso Redacción Periodística II 4002 (primer semestre del año académico 2017-18) – Prof. Mario E. Roche
Las peleas de gallo podrían proscribirse en la Isla de ser aprobado en el Congreso de Estados Unidos el proyecto de ley HR 4202, propuesto por el representante Peter Roskam.
Son 12 minutos de euforia. Los dos gallos se pelean por sobrevivir o irse victorioso delante de alrededor de 200 galleros y fanáticos que asisten los sábados para hacer sus apuestas en la gallera “La Utuadeña” en el municipio de Utuado.
El primer minuto es como el “hable ahora o calle para siempre” de una boda, en el que si los gallos no se juntan la pelea queda nula. Luego de esos 60 segundos la única manera de acabar es ganar o dejar de tirar, excepto en ocasiones en las que uno de los oponentes muere. Si pasa el tiempo y no hay un campeón la pelea se declara “tabla” (empate).
Esta y otras 127 galleras en las que se vive esa adrenalina se verán afectadas de aprobarse la ley HR 4202 del Congreso de Estados Unidos. El proyecto radicado por el representante del sexto distrito de Illinois, Peter Roskam, busca que el “Animal Welfare Act”, firmada en el 1966 por el presidente Lyndon B. Johnson y en la que prohibía las peleas de gallos en los estados, sea enmendada para que también aplique a los territorios de Estados Unidos.
La cultura, el primer espuelazo
El origen de este deporte se ubica en el sureste asiático y posiblemente está asociado con la domesticación del antepasado silvestre del pollo y la gallina, según dice Lorence Morell Vega en una revisión de literatura en Ingenios UPR.
Es una práctica que puede alcanzar los 3,000 años. Se cree que llegó a la Isla para el siglo 16 con los colonos españoles. Pero no es hasta el 1933 cuando logra legalizarse el también llamado “deporte de caballeros”, con el apoyo de Rafael Martínez Nadal, conocido como el “Padre de los gallos” y el gobernador Robert H. Gore, quienes firman el proyecto de ley que le dio el visto bueno a esta actividad.
El primer espuelazo al proyecto de ley del Congreso es catalogar las peleas de gallo como una actividad cultural por la fuerte presencia que tiene dentro de la sociedad desde hace muchos años.
Carlos Reyes Álvarez, quien desde pequeño se crió en el mundo gallístico, lo compara con las corridas de toro en España, excepto que el gallo sí pelea por naturaleza. Explica que si se coloca un gallo frente a un espejo el gallo comienza a pelear con su reflejo. “Es algo que se lleva en la sangre y se siente. Esa es la base de nuestra defensa, por eso no han podido eliminarlas”, añadió.
¡Dinero!, otro espuelazo
Se ha estimado que de forma directa e indirecta el deporte de peleas de gallos genera unos $87 millones anuales en la Isla, publicó The San Juan Star Daily.
Existen galleras alrededor de todo Puerto Rico que generan ingresos tributables y miles de empleos a largo plazo. La renta de locales, la venta de taquillas, comidas y bebidas son algunas de las cosas que permiten que esta actividad genere mucho dinero.
Además, se crean ingresos en los estacionamientos, medicamentos para los animales, veterinarios, cuidadores, salarios de galleros, castadores, jueces de inscripción, jueces de vallas, asistentes, curanderos, ventas de gallos y muchos otros.
Las peleas de gallos también han incursionado en el ciberespacio.
“Recientemente se creó Espuela.TV, una plataforma digital que difunde ese deporte en vivo desde el Club Gallístico de Puerto Rico en Isla Verde mediante suscripciones. Esta plataforma ha invertido en tecnología moderna digital que ha logrado visitas de fanáticos y seguidores de todas partes del mundo”, expresó el abogado Roan Suárez, seguidor de ese deporte desde hace muchos años.
“Ahora mismo el deporte de los gallos es más grande que la industria lechera. Es el producto más grande que tenemos en la agricultura. Este país está en bancarrota. Si nos prohíben esto también, ¿de que vamos a vivir?”, expresó el también juez de inscripción, Carlos Reyes Álvarez.
Expresarse, el tercer espuelazo
La situación política de la Isla, sujeta cada vez más a las decisiones del gobierno de Estados Unidos, no le permite hacer mucho al gobierno de Puerto Rico. El mejor ejemplo lo ha sido la legalización del matrimonio LGBT y la adopción por parte de parejas homosexuales. Lo que Estados Unidos establece en su jurisprudencia, simplemente se tiene que acatar.
En el 2007 el Gobierno de Puerto Rico estableció la Ley de Gallos de Puerto Rico del Nuevo Milenio en la que las peleas pasan a ser reguladas por el Departamento de Recreación y Deportes (DRD). A su vez, se creó el Reglamento Administrativo y de Lidia de Gallos en Puerto Rico el 1 de noviembre del mismo año y una comisión que regula todas las galleras en la Isla.
Entre las regulaciones actuales se encuentran las medidas de las espuelas y la limpieza de los gallos. Además, se establece que los gallos deben tener el mismo peso, el tiempo de combate no debe exceder de 12 minutos y no deben realizarse más de 50 peleas en un día.
Pero con el espuelazo del Congreso todo esto se iría a pique y, al tener ellos la última palabra, al gobierno local solo le queda expresarse. Por esta razón, el senador por el distrito de Guayama, Axel “Chino” Roque, presentó una resolución concurrente en rechazo al proyecto federal que contó con el aval de la Legislatura. Al momento, el documento se encuentra en vías de traducirse al inglés para luego enviarse a los Estados Unidos.
“Al nosotros no tener congresistas ni senadores, tenemos comisionada residente, solo tenemos que expresarnos de alguna forma. Con la resolución se busca enviarla para que los congresistas sepan que la Asamblea Legislativa en su totalidad está en contra de ese tipo de proyecto”, comentó el senador.
Por otra parte, Juan Ramón Rivera, mejor conocido como “Abuelo Pepito” por su banca de gallos, se encuentra trabajando con el municipio de Ciales en una ordenanza para apoyar las peleas de gallos.
“Mi idea es utilizar ese ejemplo para extenderlo a los 78 municipios de Puerto Rico. De forma tal, que cuando la comisionada residente, Jenniffer González, le toque hacer su ponencia en Washington tenga documentos válidos, no solamente palabras ni manifestaciones sino documentos que se puedan utilizar de apoyo a que nosotros aquí estamos de acuerdo con las peleas de gallos”, señaló Rivera.
Tutazo: el maltrato de animales
Pero hay personas que favorecen la prohibición que se pretende establecer porque no perciben esta actividad como un deporte, sino como un acto de crueldad contra los animales.
Iván Rupert, administrador de la gallera La Utuadeña, resaltó que el “Animal Welfare Act” iba enfocado a las peleas de perros en Estados Unidos, pero terminó dando un giro al prohibir las peleas de gallos. El maltrato, el tutazo (golpe sorpresivo) de los defensores de animales es uno de los temas principales contra esta práctica.
La activista y defensora de animales, Carla Cappalli comentó que “las peleas de gallo son peor que ir a un casino”.
“Se apuesta, se bebe alcohol y se maltrata los animales. Promueve violencia”, sostuvo.
Argumentó que este tipo de actividad no es cultura. “Como dicen en España en cuanto las toreadas: ‘La tortura no es arte o cultura’”.
“A todos los galleros estadistas, aguanten presión. En los Estados Unidos es considerado maltrato de animales, y lo es. No hay manera de negarlo”, declaró.
Según Cappalli, aunque los gallos son territoriales, no pelean hasta su muerte en su estado natural.
“Si desean reducir la violencia en la Isla eliminen las peleas de gallos. Enseñen a respetar todas las criaturas de Dios. El que maltrata un animal es capaz maltratar un ser humano. Está comprobado”, puntualizó.
Por otro lado, licenciada Shakira Santiago Rodríguez, quien está en contra de las peleas de gallos, menciona en un artículo en microjuris.com que con la reglamentación del DRD los gallos se picotean en la cara y en distintas partes del cuerpo, provocándose daños físicos. Destaca que utilizan espuelas, que no forman parte del cuerpo natural del gallo.
“Por alguna razón, esta morbosidad es la característica que más levanta pasiones entre los espectadores […] Resulta inconsistente que en estos tiempos existan espectáculos crueles y sangrientos que promuevan la violencia, disfrute al dolor ajeno y, en última instancia, maltrato hacia los animales. Es decir, cuando una cultura es nociva, resulta preciso cambiarla”, sostiene la abogada en el escrito.
Espuelazos por más de 12 minutos
Uroyoán Hernández Alvarado, representante del Partido Nuevo Progresista por el distrito de Barranquitas, Villalba, Orocovis y Coamo, propuso una medida legislativa el 18 de febrero de este año para que las peleas de gallos sean parte de la oferta que la Compañía de Turismo de Puerto Rico promociona.
“La presente administración tiene como objetivo convertir a Puerto Rico en el principal destino turístico del Caribe y ser reconocido como un destino de primer orden. El promocionar las peleas de gallos como atractivo turístico, aportaría a maximizar nuestra oferta turística y redundaría en un aumento en las visitas a la Isla”, según se expone en la justificación de la medida.
El analista político Luis Dávila Colón reaccionó en su cuenta de Twitter diciendo, “Solo a un ‘superdotado’ de hormonas chatarra se le puede ocurrir llamar la atención a un ‘deporte’ que descuartiza y canibaliza gallos obligando a Turismo a promocionarlo, en un momento en que el Congreso evalúa criminalizar las peleas de gallos”.
Sin duda alguna esta pelea va más allá de los 12 minutos del reglamento. El Congreso tiene el poder de hacer lo que mejor considere sin necesariamente importarle las consecuencias en la Isla, que entre ellas se encuentra el aumento de peleas clandestinas.
La banca de los defensores de animales tiene una voz que se escucha alrededor del mundo. Por otro lado, la banca “Unidos por los gallos” se está reuniendo para viajar a Washington.
Se aproximan elecciones de medio término en el Congreso, por lo que el senador Roque propuso a los seguidores del deporte gallero acudir a la diáspora para presionar a los congresistas. Las apuestas se suman y los fanáticos de gallos aseguran que esta batalla no terminará en tabla.