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De los techos rotos a la Ciudad de los Rascacielos

Publicado originalmente el 15 de marzo de 2018 en Diálogo UPR
Realizado en el marco del Curso Redacción Periodística II 4002 (primer semestre del año académico 2017-18) – Prof. Mario E. Roche

Varios alumnos de la UPR narran sus experiencias en un programa de estudios que les ha permitido estudiar en la Universidad de Nueva York (NYU) luego del huracán María.


Grupo de estudiantes del programa de asistencia el huracán María con el presidente de NYU, Andrew D. Hamilton, en la actividad de bienvenida. (Foto: NYU)

Por: Priscilla Malavet Alvarado

Si le hubiesen preguntado hace cuatro meses dónde se visualizaba en un futuro cercano, Daniel Nurse Corso, de 21 años, nunca se hubiese imaginado que estaría estudiando en la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés). Sin embargo, ese fue el camino que inesperadamente le trazó el pasado semestre el huracán María.

El estudiante de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras fue uno de los 63 puertorriqueños que escogió NYU como parte de su Programa de Asistencia por el Huracán María (HMAP, por sus siglas en inglés).

Tras el fallecimiento de su papá, a causa del huracán, Nurse Corso vivió momentos sumamente difíciles. Luego del temporal, el negocio familiar quedó inoperante por falta de electricidad.

“Todo se formó en un caos”, declaró. “Ese proceso en el cual tuvimos que volver a la realidad, en mi caso a la universidad, fue una transición bien difícil porque psicológicamente no estábamos preparados. No había estabilidad emocional ni física por un buen tiempo”.

No obstante, se armó de valor y decidió aceptar la oportunidad que le brindaba NYU.


Daniel Nurse Corso y José Díaz Herrero disfrutan de la actividad organizada por NYU para ir al Museo Metropolitano de Nueva York. (Priscilla Malavet Alvarado)

Pero Nurse Corso no fue el único estudiante escogido por NYU que pasó momentos arduos luego del huracán. Carlos G. Matos Cancel, de 19 años y alumno del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), comentó haber tenido que pasar largas noches luego del huracán en el Hospital San Pablo de Bayamón con su mamá a causa de diverticulitis.


La actividad de bienvenida a los estudiantes de HMAP contó varios recursos como profesores puertorriqueños en NYU, estudiantes mentores de origen latino, organizaciones latinas y la administración de la institución. (NYU)

Otro de los estudiantes seleccionados por la universidad niuyorquina, José Soto Medina, de segundo año en la UPR en Arecibo (UPRA), señaló que tomó alrededor de dos días para limpiar las carreteras que conducían a su universidad desde el Bosque Río Abajo, cerca de donde vive.

“Volver a la universidad fue lo peor […] Cuando al fin comenzaron las clases era como empezar un año nuevo. Estábamos como en los viejos tiempos; no había Internet. Recuerdo tomar mi clase de contabilidad sin computadoras y solo a papel y calculadora”, relató.

Un proceso arduo”

Fue así como el caos post María los llevó a Nueva York.

“Me enteré por mi suegra”, dijo Alondra Y. Negrón Rivera, quien al igual que Nurse Corso, Matos Cancel y Soto Medina se enteró de segunda mano sobre el programa de asistencia del huracán María de NYU.

“Lo más difícil fue conseguir Internet para llenar la solicitud”, comentó Negrón Rivera cuando se le preguntó acerca del mayor obstáculo que tuvo al solicitar a la universidad.

Los estudiantes también confrontaron problemas con los trámites que debía realizar la universidad desde acá, particularmente con respecto a las convalidaciones de los créditos. Además, al inicio las instrucciones que brindaron las autoridades universitarias de la Isla para completar la solicitud estuvieron confusas.

Nurse Corso señaló que asistir a HMAP en NYU fue una decisión muy bien pensada, pues si aceptaba la invitación tendría que darse de baja del primer semestre para cursar el segundo semestre en NYU, según la carta circular que envió la UPR Río Piedras en noviembre de 2017.

“Esa noticia fue retractada semanas después, pero ya muchos estudiantes, incluyéndome, habían decidido cancelar el semestre causando la pérdida de ese semestre”, lamentó Nurse Corso.

Pero a los estudiantes que enviaron la solicitud al programa de NYU después del 19 de diciembre se les dio la oportunidad de terminar su semestre en el recinto riopedrense.

Negrón Rivera, fue una las pocas estudiantes que pudo acogerse a esta opción. La joven también observó que existía mucha ambigüedad de parte de la administración del Recinto de Río Piedras respecto a los programas ofrecidos por instituciones estadounidenses para ayudar a los estudiantes afectados por María.

Sostuvo que al principio faltó información precisa y clara sobre los criterios que la UPR aplicaría para poder participar. Explicó que para la selección de cursos en NYU los créditos son distintos a los del sistema UPR, ya que son medidos en unidades.

A Negrón Rivera, quien tuvo que hacer la equivalencia académica sola, le preocupa la cantidad de estudiantes que quizás por falta de información no han podido hacer esto. También le inquieta que de realizar este procedimiento incorrectamente puedan tener problemas con su matrícula una vez lleguen a Puerto Rico.

Matos Cancel señaló que los alumnos del RUM que deseaban participar del programa de la Universidad de Nueva York enfrentaron problemas parecidos. Contó que él tardó un mes en conseguir la convalidación de sus créditos y el intercambio.

“Yo le tenía que explicar el programa completo a cada funcionario con quien hablaba”, dijo el colegial.

Igualmente, Soto Medina señaló que en la UPR Arecibo hubo personas que le ayudaron en el proceso, pero que como quiera fue un proceso muy arduo.

“Como todo funciona por jerarquía, en UPRA tuve que ir a varias personas, fue bien cuesta arriba, por lo que por un momento pensé que no iba poder ir a NYU”, declaró.

Se intentó obtener una declaración de algún representante del Decanato de Asuntos Internacionales del Recinto de Río Piedras, sin embargo, no se obtuvo respuesta.

Aterrizamos en NYU… ¿y ahora qué?

Una vez aceptados la Universidad de Nueva York ofreció a todos los estudiantes puertorriqueños una beca completa de más de $32,000. El costo regular de la matrícula de un estudiante visitante de bachillerato por un semestre comienza en los $25,322, según la Oficina de Asuntos Globales en NYU.

El estipendio cubría dieta, hospedaje, gimnasio, seguro médico, materiales universitarios, matrícula a tiempo completo, además de acceso completo a las instalaciones y actividades universitarias por un semestre como estudiante visitante.

Lo único que los estudiantes tuvieron que costear fue el pasaje de ida y vuelta, y pagar su matrícula en la universidad de origen, según lo específica la solicitud de NYU.


La biblioteca Elmer Holmes Bobst cuenta con todos los recursos necesarios para que los estudiantes puedan sentirse cómodos estudiando para sus clases. (Suministrada)

Shannon Riley, la asesora académica encargada de HMAP y subdirectora del programa universitario en NYU, explicó que esa universidad decidió involucrarse en este proyecto en aras de ayudar en la recuperación de la Isla.

Esta no ha sido la primera vez que la institución neoyorquina ayuda a estudiantes desplazados por un huracán. En el 2005, la universidad creó un programa de asistencia similar para los estudiantes afectados por el huracán Katrina, que impactó a los estados cercanos al Golfo de México en Estados Unidos.

Para ese entonces, Kristin Balicki, directora del programa universitario de NYU, fue estudiante en la institución. Fue Balicki, precisamente, quien sugirió que una buena manera de ayudar a la Isla podía ser dándole una oportunidad a los estudiantes puertorriqueños de continuar su carrera académica allá.

“No dudamos en ningún momento en brindarle ayuda a los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, con quienes tenemos muchos convenios”, manifestó el presidente de NYU, Andrew D. Hamilton.

Nurse Corso destacó que el trato que ha recibido en NYU ha sido excelente. “Nos recibieron con las manos abiertas y nos han tratado súper bien”, expresó.

Asimismo, Medina Soto comentó haber tenido un acercamiento de parte del director de la residencia donde se hospeda para coordinar una actividad de recaudación de donativos para enviarlos a la Isla.


José Soto Medina, Daniel Nurse Corso y Whitney Collado Cedeño se relajan en las instalaciones de su hospedaje luego de un largo día de estudio. (Priscilla Malavet Alvarado)

“Aquí hay mucha inspiración y motivación”, señaló por su parte Matos Cancel, quien ha considerado transferirse permanentemente a NYU.

Al igual que él varios estudiantes se han acercado a Riley para orientarse para continuar sus estudios allá. “Si el estudiante quiere completar el proceso de transferencia a nuestra institución puede hacerlo sin ningún problema, sin embargo, no le podremos ofrecer los mismos beneficios que tienen ahora”, aclaró la funcionaria.

“El proceso de transferencias está completamente coordinado por la Oficina de Admisiones de NYU, por lo que muchas veces refiero a los estudiantes allá para orientarse mejor”, añadió.

El proceso de transferencia a NYU consiste en someter las transcripciones de crédito de la escuela superior y universidad, el “Common Application College Report” o evaluación académica, completar el “Common Application Instructor Evaluation” y una carta de recomendación de un director o profesor. También se requiere un pago de $80 por la solicitud, además de otros requerimientos específicos de la facultad a la que se solicite, según la página de Admisiones de NYU.

Tanto para Nurse Corso como para sus compañeros, quienes nunca se visualizaban estudiando en NYU, esa institución les ha dado la oportunidad de completar su semestre, explorar nuevos enfoques en sus carreras, crear nuevas conexiones y conocer la Gran Manzana. También les ha brindado un respiro del ambiente tenso que persiste en Puerto Rico.

La autora es estudiante de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico. También es una las participantes del programa HMAP en la Universidad de Nueva York. 

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